La pasada Semana Santa estuvimos en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, esta vez, con Maripaz y Fernando.
Salimos desde Málaga compartiendo coche con una chica jienense que conocimos a través de la página web de BlaBlaCar, y nos hemos alojado en una casa rural muy acogedora en La Iruela de intercambio con la nuestra. Cada vez existen más posibilidades de viajar barato y no por ello renunciar a la comodidad de viajar en coche, dormir en una casa y acudir a restaurantes.
El miércoles lo dedicamos al viaje de ida y el domingo al de vuelta, por lo que en la sierra hemos estado tres días completos. Así, y haciendo caso a un buen consejo, hemos titulado esta entrada «Tres días, tres ríos».
1º día. Río Borosa.
El jueves hicimos el primero de los senderos: El sendero del río Borosa. Este sendero es el más popular de toda la Sierra de Cazorla. Parte de la piscifactoría que se encuentra a 1.5 km del centro de visitantes Torre del Vinagre y llega hasta el nacimiento del río Borosa desviándonos para visitar también la laguna de Valdeazores. En total son 26 km, de los cuales la mitad transcurren por veredas con fuertes pendiente y piedras, por lo que se hace largo y cansado, pero merece la pena. Concretamente, hasta la central eléctrica el sendero es muy fácil, siendo completamente diferente tras pasar la central.
El sendero tiene de todo, cañones, puentes, cascadas, pozas para bañarse, túneles, lagunas, etc. Lo podéis comprobar en las fotos. Nosotros lo empezamos tarde, sobre la 13 h, por lo que nos cogió la noche en el último tramo. Fue una experiencia genial, en la que hubo una gran mezcla de sensaciones entre el cansancio y la satisfacción de haber alcanzado nuestra meta del día, haber conocido sitios y vivido momentos tan especiales.
Por la noche, fuimos directamente a cenar unas tapitas al pueblo de Cazorla, donde pudimos ver alguna de sus procesiones de Semana Santa.
2º día. Río Guadalquivir.
El viernes por la mañana hicimos el sendero circular del Cerrado de Utrera, un cañón formado por el paso del río Guadalquivir, de 1,5 km.
Luego comimos y nos bañamos en el famoso Puente de las Herrerías, más arriba del Guadalquivir.
Luego seguimos por pista forestal durante 7 km hasta el nacimiento del río más importante de Andalucía, pero su nacimiento, es más bien pobre y soso. Desde ahí, volvimos en coche a La Iruela por una pista forestal de 22 km que está en muy buenas condiciones y además es preciosa. Lo más destacable es el mirador del Chorro donde pudimos avistar de cerca, con los prismáticos en mano, de Buitres y otras aves interesantes en un increíble paisaje.
Por la tarde-noche dejamos la sierra y nos fuimos a visitar la monumental Úbeda, preciosa ciudad patrimonio de la humanidad, en la que pudimos vivir el ambiente de las tradicionales procesiones de Semana Santa de esta ciudad.
3º día: Río Segura.
Para llegar hasta el nacimiento del río Segura tuvimos que recorrer 100 km de carretera de sierra, pasando nuevamente por el Pto de las Palomas, Arroyo Frío, Torre del Vinagre, Mirador de Félix Rodriguez de la Fuente, embalse del Tranco de Beas, pueblo de Hornos, puerto de Pontones y finalmente Pontones, donde comimos un menú muy abundante y rico en el mesón El Cortijo.
Desde el pueblo de Pontones, después de terminar de comer a las seis de la tarde, tomamos una carretera asfaltada a la derecha que en 3 km nos llevó al nacimiento del río Segura. El nacimiento es precioso, es el más bonito de los tres que hemos podido ver en este viaje, ya que el agua sale con fuerza de un inmenso agujero que parece no tener fondo. Este río, a pesar de nacer tan cerca del Guadalquivir muere en el mar Mediterráneo, al contrario que el Guadalquivir que muere en el Atlántico.
Después de ver el nacimiento no teníamos ganas de repetir otra vez la carretera de 100 km de curvas, ahora ya conocida, así que nos aventuramos por una pista forestal que parte justo del nacimiento y no pudimos tener más suerte. A pesar de que el coche sufrió un poco, atravesamos toda la sierra de Segura por la pista forestal, por un paraje casi desértico e insólito, a casi 2000 metros de altitud. Fue un momento muy especial para todos.
Después de pasar por varios refugios de montaña llegamos a la sierra de Cazorla de nuevo, y el paisaje cambia totalmente. Cazorla es más escarpado y con más vegetación y Segura inmenso, solitario y despoblado. Entramos en Cazorla poco antes de las nueve, atravesando una verja que solo está abierta hasta esa hora. Entramos en una zona de máxima reserva y aquí empezó el espectáculo de la puesta de sol. La pista mejora considerablemente a partir de la verja y vimos ardillas, cabras montesas y ciervos por un paisaje realmente espectacular. Es muy recomendable tomar esta pista desde curiosamente el puente donde comienza el sendero de la Cerrada del Utrero, en Vadillo Castril. Pasamos por detrás de la laguna de Valdeazores, por lo que completamos el círculo.
Fueron 55 km de pista forestal maravillosos, en los que atravesamos toda la sierra y disfrutamos como niños.
El domingo ya de vuelta visitamos Baeza. En nuestra opinión, nos pareció más bonita esta ciudad que Úbeda.
Tras esta visita, fuimos en dirección a Jaén capital. Si bien se trata de una pequeña ciudad, situada en un bonito enclave entre montañas, pudimos ver la Catedral y el Castillo que bien merecen la pena.
De esta manera, disfrutamos de una Semana Santa maravillosa, muy económica, con buenos compañeros de viaje y cerca de casa. Cazorla tiene casi todo lo que se espera de un paraje natural, por lo que en parte, nos ha resultado más atractivo por su variedad que otras sierras como Sierra Nevada, los Alcornocales, Sierra Morena o Grazalema.
Qué chulada. Me apunto al siguiente viaje de senderismo que te hagas si me avisas!
Jeje, pues lo tengo en cuenta, no sabía yo que te gustaba ese campo