En Agosto de 2011, durante nuestras vacaciones en Asturias decidimos dedicar un día a la cercana y atractiva Cantabria.
Tan solo fue un día, pero vimos bastantes cosas interesantes.
Empezamos por la cueva de Altamira, bueno, por el museo de Altamira el cuál dispone de una réplica de la cueva real del mismo tamaño y forma. Esperamos nuestro turno para escuchar, ver y comprobar el espíritu creador del hombre hace miles de años. Sin duda mereció la pena la visita a uno de los máximos exponentes del arte rupestre del Paleolítico Superior.
Justo después muy cerquita, estaba y está Santillana del Mar, uno de los pueblos más bonitos de España. Todo de piedra, muy bien cuidado y muy orientado al turismo, aún así es un placer pasear por sus calles. Allí compramos unas buenas anchoas del cantábrico que esa noche combinamos con un queso de la cercana localidad de Cabrales.
En Santillana tardamos un buen rato, incluso comimos allí unos bocatas y después de comer nos volvimos en nuestro camino hasta San Vicente de la Barquera. No es un pueblo con tanta historia, no es ni mucho menos todo de piedra, pero tiene un encanto especial, por combinar monumentos con casitas de pescadores y sobre todo por estar justo en el centro de un Estuario, el cuál es parque natural.
Desde San Vicente nos adentramos hacia el interior, hacia Los Picos de Europa, por el impresionante Desfiladero de la Hermida.
Llegamos a Potes, quizás el pueblo más conocido de los Picos de Europa, pero pasamos de largo en busca de Fuente De. De Fuente De, parte un teleférico hasta los picos más altos, pero estaba muy nuboso y no subimos.
Volvimos de Fuente De por la misma carretera pero nos desviamos para visitar Mogrovejo. Es una aldea de esas que nos encantan, que parecen de otro siglo, pero donde se respira la más pura naturaleza y donde no se encuentra maldad en la gente. Sin duda, hay que visitar esta aldea si vamos a los Picos de Europa.
Volvimos a Potes, y esta vez si paramos y lo visitamos. Está muy orientado al turismo, quizás demasiado, aunque no deja de ser un pueblo precioso, ideal para conocer el Parque.
Desde Potes nos tocó de nuevo recorrer el desfiladero y volver hasta Noreña, en Asturias, donde disfrutamos de nuestras vacaciones. Sin duda tenemos que volver a Cantabria, porque aunque es pequeño, nos queda mucho por conocer.