Estábamos en Praga con Tania, Rodrigo y Pan, y decidimos ir a visitar Budapest. Praga y Budapest distan por carretera de tan solo 520 km, por lo que merece la pena el viaje. Conocíamos a mucha gente que había ido a visitar Budapest desde Praga en bus, ya que hay una compañía que hace el viaje de ida y vuelta por tan solo 30 euros. Además ofrecen comida gratuita y reproducen series actuales en inglés.
Para ir de Praga a Budapest, Viena o Bratislava en bus, recomendamos visiten el siguiente enlace: Student Agency Bus
Por supuesto nosotros, como teníamos el coche, elegimos este medio para el viaje, ya que además Kipar venía con nosotros.
Salimos el sábado sobre las 6 de la mañana desde Praga. Desayunamos en Bratislava y antes de comer llegamos a Budapest. El domingo sobre la una de la tarde viajamos de Budapest a Viena, donde llegamos sobre las 5 de la tarde. Y tras una visita express a Viena partimos hacia Praga, a donde llegamos para cenar. El recorrido que hicimos podéis verlo en google maps aquí.
Tener en cuenta que en estos cuatro países es obligatorio el uso de la Vignette (Pegatina) si se viaja en coche, hablaremos con más detalle de ella en cada apartado.
Bratislava
Bratislava es la capital y la mayor ciudad de Eslovaquia, aunque tan solo cuenta con medio millón de habitantes. No podemos escribir demasiado bueno sobre esta pequeña capital. Tiene un centro de calles estrechas, agradable y peculiar, pero nada destacable. Destacaríamos tan solo dos puntos, el río Danubio y su castillo. El río Danubio pasa a pocos metros del centro de la ciudad y da a esta un cierto aire de ciudad imperial, por su tremendo caudal. En la parte alta de la ciudad se ve imponente su castillo, que destaca sobre el resto.
Como nota especialmente negativa encontramos algunas calles en pleno centro en un aspecto lamentable, como si de la época de la guerra se tratara. Aunque tenían de bueno que te trasladaba a otra época.
Desayunamos en la plaza del centro, comida que llevábamos preparada. Dimos un agradable paseo y seguimos hacia Budapest. En el camino, debido la hora empezó a subir bastante la temperatura, y no teníamos aire acondicionado, estaba estropeado, por lo que pasamos bastante calor.
Budapest
Esta ciudad, patrimonio de la humanidad, es la capital de Hungría, y cuenta con unos dos millones de habitantes. Es una ciudad imperial, que gracias a su papel durante el imperio astro-húngaro, cuenta con una gran cantidad de eficios, monumentos y lugares espectaculares.
El río Danubio, más caudaloso que en Bratislava o Viena, divide a la ciudad en dos, las antiguas ciudades de Buda y Pest. Cada una con sus peculiaridades.
Nosotros llegamos a Budapest al medio día con 42 grados en el termómetro, ¡qué suerte!, estaban inmersos en una ola de calor histórica. En Praga estaba haciendo entre 20-25 grados. Hicimos la reserva de una Hotel apartamento por 12 € cada uno. Budapest es muy barato para el alojamiento. Por 10-15 € es fácil encontrar habitaciones bastante decentes. En este hotel dejamos las cosas y a Kipar, que por el calor, estaría mejor en la habitación con agua que en las calles y tranvías.
Tomamos un billete de tranvía por 24 horas para 5 personas que solo costaba 3100 Florines húngaros, tan solo 10 euros entre todos. Es decir, por 2 euros tomamos buses, tranvías y metros durante 24 horas. Baratísimo. Estábamos en Pest y en Pest seguimos, visitando la zona comercial buscando un lugar donde comer. Acabamos comiendo en un restaurante Chino por tan solo 3€ el menu.
Budapest es la ciudad de las termas, hay alrededor de 100 termas públicas. Hacía tanta calor que lo primero que hicimos fue ir a visitar una que nos recomendaron. Para ello tomamos un bus y un metro. La verdad que estaba muy bien comunicado todo, pero el transporte es muy antiguo.
Nos dirigimos a las termas recomendadas (Maps) en un precioso parque con un lago, un castillo y un parque de atracciones. Las termas son baratas, además hay tanta que hay donde elegir. Estas valían 12 € por persona, pero podías estar todo el día y era inmensa, tenía de todo. Piscinas calientes y frías al aire libre, piscinas interiores de todas las temperaturas y propiedades, saunas con distinto aromas…
Pasamos parte de la tarde allí, menos mal, hasta que ya descendió un poco la temperatura. Luego fuimos andando hasta la Plaza de los Héroes, una de las plazas más importantes de Budapest por su papel en la historia reciente de esta ciudad. En la segunda guerra mundial esta plaza fue destruida por una bomba, pero fue reconstruida. En ella se pueden ver estatuas de los líderes de las siete tribus magiares que fundaron Hungría en el siglo IX y otras personalidades de la historia húngara. Justo en ese momento había un homenaje parecía ser a soldados de la segunda guerra mundial, pero no nos quedó claro, pues hablaban en húngaro.
A continuación tomamos un metro hacia la otra parte de la ciudad, Buda. Buda es diferente, tiene varias colinas, calles estrechas, monumentos diferentes, a nosotros nos gustó más. Aunque debe ser un debate muy reñido sobre que parte de la ciudad tiene más encanto. Parece claro que lo más bonito de Budapest es el parlamento, que está en Pest, pero la mejor vista del parlamento está en Buda, por lo que nosotros nos quedamos definitivamente con Buda.
El castillo de Buda y la Iglesia de Matías son espectaculares. Con un estilo barroco tan peculiar que hace más fácil pensar que es cosa de cuento que real. Pero eso no es todo, desde aquí se tienen unas vistas espectaculares de Pest y de su imponente parlamento. El parlamento es quizás uno de los edificios más impresionantes que hemos visto nunca, y desde donde se observa mejor, es precisamente desde otro gran monumento, el castillo de Buda. Aquí estuvimos un buen rato, prendados por la vista y la música que salía de espontáneos músicos callejeros.
Después de estar en este mágico lugar, nosotros visitamos la segunda colina de Buda, con otro edificio espectacular y después bajamos hasta el río para cruzar por el puente más famoso de la ciudad, el puente de las cadenas. Esa noche cenamos en Pest y pasamos un rato estupendo. Volvimos al hotel en nuestro pagado tranvía.
Por la mañana visitamos el Parlamento de Pest y sus monumentos cercanos. Para visitar el Parlamento tuvimos que ir a las nueve de la mañana a tomar el ticket, para finalmente entrar a las once. Mientras tanto visitamos la iglesia más grande de Pest. El parlamento por su arquitectura y su historia resulta maravilloso, aunque increíblemente resulta más maravilloso visto desde Buda. La calor volvía a ser insoportable por lo que seguíamos refrescándonos en cada fuente.
Y así, después de visitar el Parlamento, abandonamos Budapest.
Viena
Ante todo hay que decir, que nuestra visita a Viena fue una visita express. No teníamos pensado visitarla pero finalmente nos dió tiempo. Nos cuesta mucho juzgar una ciudad tan importante a la ligera, pero nuestra impresión de Viena es que es una ciudad imperial, tremendamente monumental, pero con poca personalidad. Muchísimos y muchísimos edificios monumentales, pero todos parecidos a otra cosa. Parecidos a Roma, Praga, Budapest… Nada lo suficientemente particular como para quedarte asombrado. Quizás lo vistamos muy rápido, volveremos para corroborar esta impresión. ¿bonito?, por supuesto, pero le faltaba algo, le faltaba como decimos tener cosas peculiares, propias y vistas solo allí.