El pasado Agosto estuvimos en Guipúzcoa. Ya habíamos estado hace dos años, pero en una breve visita a San Sebastián, su capital.
Nos quedamos en Hernani, cerca de San Sebastián. Un pequeño, tranquilo y bonito pueblo. El alojamiento fue en una casa de intercambio preciosa y acogedora de un profesor de la Universidad de San Sebastián, Félix, quien fue un encanto con nosotros.
Llegamos el miércoles día 20 a la hora de comer y nos fuimos el sábado temprano. A pesar del poco tiempo, nos recorrimos toda la costa de Guipúzcoa, ya que no es muy grande. Sólo nos faltó el interior de la provincia.
Los puntos claves que visitamos se pueden ver aquí:
Día 1
El primer día nos dedicamos a disfrutar de Hernani y de la tranquilidad de la casa. Pronto notamos gran diferencia con el sur, pues en cuanto anocheció el pueblo se quedó totalmente vacío. Nada de terrazas, nada de gente paseando…Claro, la temperatura era de unos quince grados.
Día 2
El Jueves nos levantamos con la intención de recorrernos la gran parte de la costa guipuzcoana, y eso hicimos. Fuimos por autopista hasta Deba, pueblo nada destacable, aunque sí el entorno, con la desembocadura del río y el arenal. Tras pasar Deba y parar varias veces en la carretera, ya que tenía vistas a los acantilados,
decidimos buscar la playa y los acantilados de Sakoneta, los cuales venían en una de las guías que llevábamos.
Nos costó encontrar un buen y no lejano sitio donde dejar el coche. Recorrimos muchos mini carriles asfaltados con fuertes pendientes hasta que dimos con el restaurante y parking que viene en el mapa. Desde aquí, anduvimos tan solo diez minutos por un agradable y verde paseo hasta que llegamos a los acantilados. No hace falta explicarlos, mejor poner directamente las fotos:
De esta playa no nos podíamos ir sin bañarnos, aunque al final nos llevamos una grata sorpresa pues el baño fue más agradable de lo esperado ya que el agua estaba a unos 21 grados y fuera hacía 18 o 19, por lo que se estaba mejor dentro que fuera.
A continuación nos dirigimos a Zumaia, un pueblo pequeño, no demasiado monumental, pero con una gran belleza natural. Comimos como de costumbre unos bocatas en la playa, desde donde se pueden ver unos bonitos acantilados.
Curiosamente, estos acantilados son los mismos que se ven desde la ermita que aparece en la película «Ocho apellidos vascos», la cuál visitamos después, y desde donde se ven unas vistas muy recomendables.
Vimos también la iglesia del pueblo y continuamos por la costa hasta nuestro siguiente pueblo, Getaria. El día cambió bastante y salió el sol, por lo que antes de visitar el pueblo, nos dimos un buen baño en su playa, donde estuvimos haciendo snorkel.
Luego visitamos el pueblo, que aunque pequeño, es de una gran riqueza histórica y monumental. Muy cerca estaban los viñedos de los cuales provienen el chacolí, pero algo teníamos que saltarnos y no los vimos. Aquí, en Getaria, nació Juan Sebastián el Cano.
Para terminar el día de la mejor forma posible seguimos hasta Zarautz, pueblo de Carlos Arguiñano. Recorrimos sus ambientadas calles salpicadas de turistas, compramos unas cervezas vascas, y nos fuímos a un lugar mágico, la montaña donde termina la gran playa de Zarautz. Para llegar allí basta con seguir las indicaciones del camping, e incluso introducirse dentro, apenas hay que andar. Se unen muchos elementos para formar una puesta de sol perfecta, verde, montaña, playa…
Fue precisamente gracias al camping cómo conocimos este lugar, ya que en su página web presumen de tener la puesta de sol más bonita del mundo. Creemos que exageran, pero desde luego, es preciosa.
Luego volvimos a Zarautz, donde estuvimos de pintxos, de cerveza y de vinito de la tierra.
Día 3
El viernes nos levantamos tarde, además estuvimos comprando algunos productos para continuar nuestro viaje hacia Francia, por lo que llegamos a nuestro primer destino pasada la hora de comer. Estábamos en Hondarribia, y ni siquiera una vez nuestro coche aparcado imaginábamos que nos fuera a gustar tanto. Sin duda es el pueblo más bonito que vimos en Guipúzcoa y por lo que hemos estado leyendo así lo consideran.
Es un pueblo monumental con una gran casco histórico. Callecitas y plazas, todo de piedra y con unas vistas envidiables hacia las verdes montañas de Francia y a la desembocadura del río Bidasoa que separa ambos países.
Visitamos también el faro de Hondarribia, pasada su playa y su puerto. Bonito lugar.
Ya sólo nos quedaba volver y de paso visitar San Sebastián, la capital. Hay una autovía rápida que une ambos camino, pero encontramos una carretera secundaria por la cuál nos arriesgamos a coger y no pudimos tener más suerte. Dimos con un lugar idóneo para ver una puesta de sol, y por el azar de las nubes y los colores vimos un atardecer más bonito si cabe que el del día anterior.
Para terminar nuestra estancia visitamos San Sebastián, el cuál ya conocíamos. Recorrimos sus calles y cenamos con unos buenos pintxos.
Dormimos en Hernani y a la mañana siguiente partimos para Francia, hacia nuestra segunda aventura de nuestro viaje de vacaciones de verano.
Cómo conclusiones poco más de lo que pueden decir las fotos. Paisajes preciosos y espectaculares, muy distintos a los del sur por la presencia del verde y de las montañas, bonitos pueblos, maravillosas puestas de sol y rica gastronomía. Agur Guipúzcoa!!