Las pasadas navidades estuvimos en Girona. Girona es una provincia con muchos atractivos. Nuestro viaje estuvo centrado en el pirineo pero no dejamos de visitar su capital, ni tampoco alguno de sus pueblos más característicos.
La ruta que hicimos y que recomendamos la podéis ver pulsando aquí
Nuestra ruta comenzaba y terminaba en Barcelona, ya que fuimos hasta allí en avión y desde el mismo aeropuerto teníamos alquilado un coche para los cuatro días.
Reservamos con antelación, por lo que tomamos el avión por 60 euros i/v y el coche por 60 € más la gasolina que gastamos.
Partimos en coche hacia los pirineos, donde en un pequeño pueblo semi-abandonado, a mil trescientos metros de altura nos esperaba la Familia Inglada. Nuestra estancia en Ventolá fue posible gracias a uno de los intercambios de casas que realizamos. Ya hablaremos en otra ocasión más detenidamente sobre los intercambios de casas. Pero resumidamente, como podéis imaginar, nosotros hemos estado en casa de una familia y ellos vendrán algún día a la nuestra, una estupenda forma de viajar.
La Familia Inglada tenía la casa calentita y además nos había preparado unos aperitivos, entre ellos el típico «pantumaca». El recibimiento fue inmejorable, gracias desde este blog a Josep, su mujer y su hija. Estuvimos charlando un buen rato con ellos y ya se fueron para Barcelona, donde residen habitualmente. La casa es una típica casa de los pirineos; piedra y madera, y con unas vistas increíbles.
Josep, además de darnos las llaves de la casa nos dio las llaves de la iglesia románica de este pueblecillo, que pertenece a los vecinos. La visitamos de noche, por lo que hacía más mágica aún la visita.
A parte de unas seis casas habitadas y otras tantas vacías, el pueblo lo único que tiene es un restaurante, Casa Ana. Nos lo recomendó Josep y es un lugar estupendo para comer mucho y barato. Buena cocina catalana y la dueña muy amable. Recomendamos el sitio, está justo aquí.
Bueno, a parte de nuestra estancia visitamos los siguientes lugares, elegidos anteriormente tras un estudio por internet.
Estación Vall De Nuria
Es una estación de esquí a la que solo se puede acceder mediante un tren cremallera, lo que hace una idea de lo mágico y perdido que está este lugar. El tren lo incluyen en los forfait. Todo costaba 30 € en temporada alta. El tren se puede tomar desde Ribes de Freser o Queralbs. El tren transcurre por unos túneles y unos acantilados espectaculares. Paralelo a las vías hay un sendero que debe ser digno de realizar.
Por supuesto la estación es un buen sitio para esquiar, aunque es una estación pequeña y familiar, pero sin colas. Nosotros aprovechamos para probar por primera vez la experiencia del esquí, pero nos quedamos con la belleza de este singular lugar.
La estación se construyó allí aprovechando un antiguo monasterio enclavado en la montaña, adornado por un enorme lago.
Queralbs
Es uno de los pueblos desde donde se puede tomar el tren hacia Vall de Nuria. Es preferible tomarlo desde aquí porque es un poco más barato y para aprovechar para ver este pueblo. Es un pueblo pequeño, todo de piedra y en pleno valle. Muy bonito.
Estación de la Molina y Masella
Estas son dos estaciones de esquí muy populares, muy completas y con muchísima gente. Por los caminos y carreteras que llevan a las distintas pistas se encuentran unos parajes y unas vistas preciosas. Concretamente nos sorprendió la construcción de una torre de madera muy escondida y no señalizada que tiene unas vistas espectaculares. Está justo aquí.
Besalú
Ya saliendo de los pirineos, camino de Girona encontramos una auténtica joya medieval, Besalú. Sus murallas y algunos de sus monumentos datan del siglo X. El puente de entrada es lo más espectacular de este pueblo, quizás el más bonito que vimos en Girona.
Girona
La capital, de la cual nunca habíamos escuchado hablar, queremos decir que ninguno de nuestros amigos o conocidos nos la había recomendado o nos habían hablado sobre ella, y es que es una ciudad pequeña, pero tiene un centro histórico muy bonito. La judería, es un pequeño y maravilloso laberinto. Como monumentos destaca su inmensa catedral, más por dentro que por fuera quizás, ya que por fuera se nota demasiado su última restauración.
Monells
Este pequeño pueblo, el primero que visitábamos de la comarca del bajo Ampurdán, es también un pueblo completamente de piedra. Es muy pequeño, apenas unas cinco calles y una plaza, pero muy característico. Lo más destacable sus numerosos arcos.
Peratallada
Otro pueblo íntegramente de piedra y con una muralla medieval, aunque quizás no tenía elementos demasiados característicos lo que le hace tener poca personalidad. Es bonito, pero de todos, el menos recomendado. Aquí comimos, prácticamente en el pueblo lo que más hay son restaurantes, se ve que es un pueblo de domingueros.
Pals
Como Besalú, una maravilla. Si se pasa cerca, ni Besalú ni Pals deben dejar de ser visitados. Pals está construido sobre una roca desde donde se avista la comarca del bajo Ampurdán. Está a escasos kilómetros del mar, por lo que éste también está presente en sus vistas. Una vez atravesada su muralla, las calles, pequeñas, con recovecos y todas de piedras van subiendo hasta el castillo y la iglesia que se encuentran en lo más alto. Íbamos comentando que parece el decorado de una película cuando empezamos a ver restos de un belén navideño, la verdad que es imposible encontrar un sitio más idóneo para ello. Muy recomendado.
Destacar el sentimiento independentista que hay en todo Girona. Todo el mundo habla en catalán, no se escucha el castellano, rozando en alguna ocasión lo absurdo cuando en algunos sitios ni quisieron hablarnos castellano, cuando nosotros somos andaluces. Muchísimas banderas independentistas, incluso en los edificios públicos.
La última noche la pasamos en Barcelona, dormimos en casa de nuestro gran amigo Diego, que nos la cedió generosamente. Estuvimos paseando por el centro, y por la fecha que era, con un precioso ambiente navideño. La ciudad ya la conocíamos de un anterior viaje, que ya comentaremos en otra ocasión.